El batero de Callejeros Eduardo Vazquez, alias “El cabezón” vuelve a mostrar por qué le dicen “cabezón”, en este caso por su relación amatoria con el Fuego.
Signado por la mala suerte, propia de los “cabezones” (“…y dale con el fuego.”) hace un tiempo aparece el grupo como en parte responsable de la quema de boliche (Cromagnon) y fans del grupo, la situación debió dejar ciertos aprendizajes en “el cabezón”:
1) Jugar con fuego es peligroso.
2) Si bien el hombre de cromagnon hacía fogatas en sus cuevas, la civilización ya no usa la misma calidad de materiales que antes, pero gana en eficiencia. Si la fogata da calor, los materiales “inífugos” de que están hechas las “cuevas” de la nueva era aseguran que la fogata produzca mucho más calor… algunos piensan que demasiado.
3) Si bien en la historia del Rock hay antecedentes de músicos que han orinado al público, que se han puesto bolsas de un simil sangre en la boca y salpicado esta “sangre” entre sus fans; si bien algunos grupos han puestos patovicas que golpeaban a sus fans cuando se trepaban al escenario, etc. Hay que reconocer que los fans, al quedar vivos vuelven a comprar entradas. Como regla general podríamos decir que es bueno para la economía y marketing del grupo que los fans sobrevivan a los shows.
4) Otra cosa a aprender de estas experiencias es que los fans deben estar algo alejados de los músicos en el momento de la “falla valenciana” para que los músicos no salgan lastimados (si quemar fans es malo para las finanzas, quemar a los músicos es el fin del show).
5) Las esposas no deben ser consideradas como fans: los fans nos dan alegrías, las esposas no. Y los métodos de incentivar a los fans en un show espectacular (quemarlos, por ejemplo) no provoca tantos problemas como quemar a una esposa.
Ya otros famosos intentaron otros métodos como el tirar a la esposa por la ventana (Monzón, Locatti, etc.) pero no funciona: si ven que su muerte hará un escándalo se dejan morir nomás, pero si no provocará ningún efecto entonces no saltan de la escoba sino que vuelven volando y quizás hasta te atropellen en tu propio balcón las muy brujas.
6) No es bueno quemarse las manos al hacer el asado. Esto tiene aún más valor cuando las manos son nuestra herramienta de trabajo.
En cuanto a las consideraciones técnicas:
Para el uso de fuego en los shows recomendamos consultar a Rammstein (todos han hecho cursos de pirotecnia)
El tema de las temperaturas es importante: En el caso de Wanda, la temperatura utilizada por “el cabezón” fue muy baja, ni siquiera alcanzó a matar al bicho de la triquinosis mientras que la piel se quemó. Esto habla muy mal de las cualidades culinarias del “cabezón”: se te “sancochó” tri-tri.
Por otra parte es lógico pensar que ella no quería quedarse entre las llamas, pero eso no justifica tenerla allí con las manos: usá un trinche para asado “papá”.
Bueno, no todo tiene que ser en contra por más “cabezón” e insistidor que sea nuestro amigo.
Wanda tardó muchos días en morir (11) y ha sufrido bastante. Quizás, después de todo, el cabezón le dio el punto justo de cocción para que durara en ese estado lo más posible, en cuyo caso el procedimiento fue correcto y bien logrado, muchas esposas merecen una cocción lenta para que decanten los amargos y se purifique
Como reflexión final, no olvidemos que, de haber sobrevivido, tarde o temprano se habría mutado en suegra.
Bizcocho
(Bizconde de Bizarra y bizco el morocho)